¡Oh peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades!, así se refería Cervantes a Toledo en “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”. Cuando don Miguel escribía, el mito de la vieja capital visigoda era símbolo de identidad de lo puramente hispano como negación de la herencia sefardí o andalusí. Pero aunque el siglo XVI se encargara de construir ese mito, y los arquitectos carolinos y filipinos de reconstruirlo, Toledo permaneció trasminando cierta esencia propia que olía a romano y a godo pero también a andalusí, a mozárabe, a mudéjar, a sefardí, a ultramontano, a castellanos viejos y nuevos, en fin, a España.
Ciudad amplia y compleja, tanto como para ser tomada por partes y en orden. Por ello les proponemos un primer recorrido de corte clásico, que incluya los monumentos más representativos de Toledo en el imaginario del visitante actual. Una propuesta ideal para quienes no conocen la ciudad, los que se inician en su conocimiento, o aquellos que, pasado el tiempo, quieran reencontrarla y deseen releerla, como los buenos libros. En todo caso, nuestros contenidos parten de planteamientos didácticos, distintos a los habituales del turismo tanto cultural como de masas, por ello pretendemos ofrecer una visión particular de esta “peñascosa pesadumbre”.
Toledo, a pesar del empuje de los tiempos, resiste como una de esas ciudades míticas de la geografía universal, las que se perciben de una forma a camino entre los sentidos y lo sentido. Es esa cualidad la que impide aprehenderlo todo de una vez, la que invita a volver, a seguir buscando la causa última de su atracción.
Equipo Vademente
VISITAS CULTURALES DE UN DÍA
Toledo clásico, la "peñascosa pesadumbre"
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