El mudéjar aragonés es un fenómeno artístico que por su riqueza y peculiaridad ha merecido la consideración de Patrimonio de la Humanidad. Extendido por las tres provincias aragonesas, con magníficos ejemplos en todas ellas, las comarcas de Calatayud y Daroca nos ofrecen la posibilidad de hacer una incursión rápida en esta genuina manifestación plástica.
Los cauces del Jalón y del Jiloca conforman un paisaje extraordinario de fuertes contrastes entre sus verdes vegas y los márgenes ásperos de colinas yesíferas. Como un rosario de cuentas rojas y ocres, asentadas sobre el verde y recortadas contra el gris de los barrancos, una serie de localidades jalonan estos valles. Calatayud y Daroca son la cabezas de ambas cuencas, ciudades históricas que justifican por si solas una visita. Pero hay más, escondidos en los pueblos que las rodean encontramos magníficos ejemplos mudéjares cuya riqueza formal y creatividad plástica contrastan con la austeridad de los caseríos que los cobijan. Pequeñas o grandes iglesias que representan la empresa colectiva de una población de rica tradición artística capaces desarrollar formas de una belleza deslumbrante.
Proponemos un recorrido de sabor medieval, por un territorio donde el mudéjar se mezcló con el Románico y el Gótico, y luego lo hizo con el Renacimiento y el Barroco, dando lugar a un interesante híbrido, testimonio de la riqueza cultural de los reinos hispánicos durante siglos.
Equipo Vademente
ITINERARIOS CULTURALES DE FIN DE SEMANA
Caminos mudéjares, entre Calatayud y Daroca
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