La fundación de la Colonia Julia Augusta Faventia Paterna Barcino, ya fuera cosa de Hércules o de Augusto, que es lo más probable, definió el primer núcleo urbano de Barcelona. Barcino aún permanece, a la vista o escondida, en el corazón histórico barcelonés: el Barrio Gótico. Las murallas romanas aún se imponen en el entorno de la catedral, la plaza de Ramón Berenguer el Grande o la de Emili Vilanova. El resto está en el subsuelo, oculto pero practicable gracias a las modernas criptas excavadas por la arqueología para conservar las reliquias del pasado.
Si el sustrato romano quedó latente bajo el suelo, arriba permaneció vivo en la forma urbana de la ciudad. La colonia romana creció y prospero especialmente cuando el Condado de Barcelona logró el principado sobre los condados catalanes. Terminó por desbordarse cuando sus condes ligaron su futuro a la Casa Real de Aragón. Primero recompuso y asimiló las viejas murallas apoyando en ellas los nuevos centros de poder. Después, merced a la riqueza procedente del comercio mediterráneo, las rebasó conformando nuevos barrios, suburbios que terminarían recogidos tras una nueva muralla. En ese tiempo de auge político y económico, a lo largo del siglos XIV y XV, Barcelona fue un brillante foco de creatividad artística. Surgieron obras maestras de la arquitectura como Santa María del Mar y lucieron sus mejores habilidades los cinceles de Pere Johan y los pinceles de los Bassa, los Serra, Lluis Dalmau o Jaume Huguet.
Les proponemos un recorrido para reconstruir la historia y evolución histórica de esta ciudad clave en la cultura hispana. Una propuesta más allá del arte y de la historia que se adentra en el ámbito de la cultura en busca de los parámetros propios y comunes que han construido su identidad.
Equipo Vademente
ITINERARIOS CULTURALES DE FIN DE SEMANA
Barcelona histórica, de Barcino a la Ciudad Condal
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