En 1867 por Real Decreto de Isabel II nacía el Museo Arqueológico Nacional. Aglutinaría un batiburrillo de fondos precedentes del Real Gabinete de Historia Natural, la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Historia y de los hallazgos de una diletante arqueología. En pleno nacionalismo romántico, siguiendo los postulados de Herder y Fichte, se formaba un Museo que resumía la historia de “lo español”. Fondos arqueológicos, etnográficos, numismáticos, documentales o suntuarios componían el museo primigenio. Más tarde se segregarían para componer otros museos, como el de América o el Ciencias Naturales, hasta “purgar”, lo más posible, lo que correspondía a una disciplina que ya era científica: la arqueología.
Tras su reciente modernización el Museo Arqueológico Nacional es una de las propuestas museísticas más atractivas de la ciudad. Perfectamente organizado en orden cronológico y con una exposición pulcra y moderna, sus salas son aulas perfectas para impartir clases que giren en torno a nuestra historia a través de sus restos materiales. Si bien la España isabelina o de la Restauración no acumuló obras, ni en cantidad ni en calidad, comparables a las reunidas por la Inglaterra Victoriana o la Francia del II Imperio, los fondos del MAN ofrecen una colección incomparable de la arqueología hispana, extendiendo su arco cronológico más allá de lo estrictamente arqueológico, desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII. Oriente Próximo y la Antigua Grecia tuvieron que esperar al despertar del interés de coleccionistas particulares para ir nutriendo sus fondos. Procedentes de estos legados el Museo conserva una interesante colección de piezas egipcias y mesopotámicas, y una excepcional colección de cerámicas griegas.
Les invitamos a descargar el dosier de esta actividad para conocer nuestras propuestas de paseos por el Museo Arqueológico Nacional.
Equipo Vademente
VISITAS CULTURALES DE MEDIO DÍA
Paseos por el Museo Arqueológico, en busca del tiempo perdido
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